Conoces a todos los hijos de Gaia y conoces sus faltas, y desde el día que comienza una vida la agregas a tu lista, incomprendida criatura todos te temen, pues eres juez y verdugo.
En la oscuridad reposas hasta el final de cada ser, y lloras lagrimas frias que caen por tu negro manto, de la mano lo llevas hasta el final de su camino en esta vida material.
No eres bien recibida pero en el momento menos oportuno siempre has de llegar, ser primigenio eres Diosa y Dios; Anubis; Osiris; Hécate o Hades; Neftis o Hela son tus disfraces, mascaras ornamentadas de tiempos antiguos cuando los seres vivos comprendían tu llegada y entre ritos y fiestas te adoraban.
Samhain bendito en el te presentas y al mismo Dios lo llevas a cuestas, breve despedida del ser supremo pues nacerá de nuevo en el solsticio de invierno. Ciclo infinito de vida y de muerte, no teman a la muerte solo es el comienzo de la nueva vida.
La muerte lo sabe, has cometido errores vida tras vida los mismos errores, te ha visto de incontables formas y de diferentes manera en incontables sitios y en tiempos distintos, pues ese es el ciclo nacer y morir, para volver a nacer.
Cuando tu alma sea por fin purificada y los errores hayan sido corregidos, la muerte contenta te llevara al seno de la Diosa, el éxtasis del universo, el Nirvana.
No teman a la muerte es parte de la vida, es parte del destino, es el universo infinito, el espíritu mismo.
La Diosa en su fase de anciana, representa tambien a la muerte.
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